miércoles, 9 de enero de 2008

Halloween, el origen.

Llegó por fin el enésimo remake de peli de terror de culto (¿se atreverán con mi amado Freddy? glups). Antes de nada quiero romper una lanza a favor de esta tendencia de remakeo. Si bien es cierto que no hay nada nuevo bajo el Sol, las tramas ya las sabemos y los clásicos no se tocan, hay que decir que los remakes de "La matanza de Texas", "Las colinas tienen ojos" y este "Halloween" cumplen de sobra con lo esperado y mantienen un mínimo de rigor e interés.

Rob Zombie, tras las adoradas por algunos, criticadas por unos cuantos mas, "La casa de los 1000 cadáveres" y "Los renegados del diablo", vuelve a demostrar su pasión por un género que adora y así nos lo quiere hacer ver en esta actualización del clásico de Carpenter.

El principal aliciente de la película reside en los primeros minutos. Zombie se saca de la manga la infancia de Michael Myers. Vemos a un joven dual, aparentemente frágil pero con un instinto homicida, una rabia y una mala leche que riete tú de Daniel el travieso pisando las flores del señor Wilson.
La secuencia en el bosque y el superhomicidio familiar en la noche de Halloween son secos, duros, físicos, fiel al estilo Zombie. Hasta aquí vamos bien.

¿Se acuerdan del grupo Hanson? Yo tampoco

Tras la fatídica noche viajamos al correcional donde se nos presenta al otro personaje importante de la saga, el doctor Loomis (No, la Jamie Lee Curtis ya no aparece por aquí), que se convierte en una especie de protector, tutor del joven matarife.
El momento divertido de la peli viene cuando, en una de esas elipsis de varios años despues, vemos al joven killer convertido en un armario musculado de dos metros, nada que ver con la maravillosa transformación de Jorge Sanz en ChuacheConan. Llamaré a dirección a ver que dieta dan a los internos. Me gustó el detalle de la obsesión de Myers con las mascaras en su celda.

Myers evidentemente se escapa y empieza el remake estricto. Dos jovenes de buen ver enseñana las tetas antes de morir al estilo cafre de Mike, como mandan los cánones. La amiga de éstas, que resulta ser la hermana pequeña de Mikey (agarrate las bragas), es por supuesto la única que se salva tras una noche de asesinatos. Me da que pensar ¿en esa calle no hay vecinos o están acostumbrados a ver a niñas ensangrentadas corriendo a grito pelao mientras las persigue un maromo de dos metros con el cuchillo de la teletienda?
Bromas a parte, Zombie imprime ritmo a la peli, aunque predecible no llega a aburrir porque las situaciones se extreman y los espacios reducidos y oscuros y los planos cortos y dinámicos no dejan respiro.
Lo dicho, un remake correcto que convierte a Zombie en una realidad consolidada en el nuevo terror americano.
Aquellos maravillosos años...







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